Carta al editor
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Resumen
Los parteros también tenemos próstata, susceptible de enfermarse y quizá por eso y por la calidad de los autores: Elías Zonana F,Salgueiro E. 7.árate O. Campos C, Ricardo Arenas y por otra parte Ricardo Pérez Mendoza y el Corl. M.C. Ret. Mario Castañeda. leí con gran interés los notables cambios que se han llevado al cabo en el diagnóstico y en el tratamiento. tanto de la hiperplasia benigna como en el cáncer de la próstata. (Rev Sanidad Militar 1998: 52 No. 1)
Es motivo de orgullo constatar los extensos y complejos conocimientos y rica experiencia que poseen nuestros colegas médicos militares, así como (y vale la pena resaltarlo) la comunicación honesta y sin triunfalismos de los resultados obtenidos. Con justa razón señalan las limitaciones que impone. en la evaluación de los resultados terapéuticos satisfactorios, el todavía alto porcentaje de personas que acuden con retraso lamentable a consulta. con neoplasias muy avanzadas y los tropiezos (ausencia de estudios y alto índice de deserción) que impiden seguimientos a largo plazo.
Infortunadamente pienso que todavía en México 9 de 10 hombres no acuden a consultar a su urólogo a partir de los 40 años de edad. Algunos, que ya tienen datos de «prostatismo» he visto que reemplazan la consulta médica por la determinación del antígeno prostático y de nada sirve indicarles que aún cuando la determinación de APS y su fracción libre es de gran utilidad, puede haber cáncer con valores normales y que es fundamentalmente importante la consulta periódica con el urólogo. después de la cuarta década. Otro lamentable error que he escuchado en algunos de mis amigos, cuyo crecimiento benigno fue extirpado por resección transuretral, consiste en pensar que ya no necesitan acudir el urólogo porque «ya les quitaron la próstata».
En fin, tenemos que ser optimistas, es todavía muy lento el progreso y por supuesto el éxito de las campañas tropieza con obstáculos como el pudor mal entendido, nuestro analfabetismo, pobreza económica y deplorable cultura médica, pero es menester luchar contra estos fenómenos adversos.
Mis más cordiales felicitaciones a tan distinguidos y valiosos médicos militares, cuyas contribuciones nos enorgullecen y enriquecen la calidad de nuestra Revista de Sanidad.
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